Me fui a mi cuarto, y prendí el computador. Me conecté a messenger y vi a Pamela. Me puse como desconectado para que nadie más me hablara, y comencé a charlar con mi chica. Le hablé de la visita que tuve de José y lo raro que se comportaron él y la Graciela. Me dijo que quizás una historia turbia había detrás de todo eso. En un momento cambié mi nick a "Pyol", y ella no tardó en preguntarme que qué o quién era "Pyol", y cuando le dije que era el nombre que había escogido para mi guitarra, se alegró mucho. Le fascinó. Seguimos hablando, pero en ningún momento tocó el tema de Flo. Entendí que era algo suficientemente personal como para dejarlo a una conversación en persona. Seguimos conociéndonos, viendo qué gustos teníamos en común, música, entretenciones, comidas... se me hizo eterna aquella conversación, pero fue maravilloso gastar mi tiempo en ella. Cuando ya era cerca de medianoche, le ordenaron irse a dormir. Me dejó anotado su número de celular... el cual tardé menos de 10 segundos en tener anotado en mi lista de contactos. Decidí marcharme también, y ya acostado, le mandé un mensaje a Pamela:
"Hace tan poco q te conozco y ya t amu muxho mi bella princesa, espero mañana podamos vernos y estar juntos un rato, un beso y un abrazo, sueña lindo..."
Al rato me llegó un mensaje diciendo: "Estaba esperando que me mandaras uno". Después de eso estuvimos hasta como las tres de la mañana hablando por mensajes. Bendito sea el que los dejó baratos! A pesar del sueño, pude conocer cada segundo un poco mejor a mi novia, a mi princesa de ojos verdes...
Al otro día, temprano, mi madre llegó con una bandeja a mi pieza, me traía el desayuno. Me acomodé y miré a mi madre con la típica cara de bobo de alguien que recién despierta.
- Buenos días hijo - me dijo en tono infantil-.
- Hola, mamá. Bwaaaaah... qué hora es?
- Son las siete y media de la mañana.
- QUÉ?! Por qué tan temprano?!
- Pues... anoche mientras dormías, murmurabas algo de conseguir empleo, que querías estar más cerca de ella...
- De-de veras?
- Sí, así que desayuna, vístete y sal a buscar empleo - me ordenó-.
- Pero mamá! Era solo un sueño!
- No te haría mal trabajar un poco...
- Pero es verano!
- La vecina nueva no reclama nada por tener que trabajar...
Ahí me mató. Decidí comer en silencio, vestirme y partir a quién sabe dónde a buscar quién sabe qué empleo...
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