domingo, 20 de junio de 2010

Prólogo

Cuando el bibliotecario entró en el pasillo número 6, a revisar si la ayudante había dejado todos los libros como él le pidió, se dio cuenta de que habían unos tomos cambiados de lugar. Se encolerizó, algo normal quizás para un viejo que llevaba 40 años trabajando ahí y siempre fue seguidor del orden. Lo único que tenía en mente era despedir a la ayudante, y mientras comenzaba a ordenar los tomos, miró fijamente la portada de uno de ellos, el cual decía: "La Vérité vient à la Lumière". Llamó la atención el título del libro al viejo, pues en sus 40 años de estar ahí, nunca lo había visto. Más aún pues el nombre salia desgastado y casi no se notaba. Cuando el viejo bibliotecario abrió el libro, una luz consumió todo el pasillo, toda la habitación.

Ese libro, tan desconocido para todos, pero que sería vital para la vida de ellos, acababa de reavivar la historia la cual nunca debió haber sido escrita.

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