sábado, 24 de julio de 2010

0: La Chica de las Chapulinas Negras

Al fin terminé el cuarto medio. Se siente... no sé, se siente raro. Dejar los compañeros atrás, dejar la rutina de usar un uniforme y asistir a clases, dejar de hacer tareas, informes, disertaciones... Se siente raro, y genial. Al fin podré darme un descanso, aprovechar este verano antes de entrar a la universidad el próximo año. Ah... lo primero que hice al salir del colegio, fue despedirme de José, del resto de mis compañeros, encender mi mp4 y comenzar a caminar al metro. Me sentía en la gloria. Anhelaba salir de clases, y ya comenzaba a organizar todo mi horario para estos tres meses próximos.

Me tomó seis estaciones llegar a la que queda enfrente de mi casa, un viaje corto, pero que este día se me hizo largo. Todo lo que veía a mi alrededor comencé a verlo con otra perspectiva. La gente pasaba tan rápido frente a mis ojos, que llegué a marearme. Salí del metro, y me encontré con una chica que iba bajando las escaleras, apoyada del pasamanos. Llevaba unos lentes de sol, un suéter con escote "V" de color amarillo, unos jeans pitillo negros, chapulinas negras con cordones blancos, y un bolso de un hombro. Quedé realmente impresionado, pues aquí en este barrio no hay muchas chicas... así. Estuve parado en medio de las escaleras hasta que la chica desapareció de mi vista, y me dije "Oh! Tengo que conocerla".

En el colegio me gané la fama de mujeriego, de caliente, de infiel, y de muchas otras cosas sin razón. Es cierto que quizás haya sido un poco mujeriego, pero nunca en mi vida he sido infiel. "No hagas a los otros lo que no te gustaría que te hicieran", no? Por eso nunca le he mentido a alguna chica. La relación que más me duró fueron dos años y tres meses. Terminó por... terminó por... bueno, no quiero recordar eso ahora. Pensé en correr atrás de la chica, pero sería muy acosador. Así que seguí mi camino, ya desesperanzado en que nunca la conocería, llegué a casa, abrí la reja, la puerta principal, saludé a mi madre, y me fui a mi habitación. Sentí un estremecimiento que nunca antes había sentido... sentí que ya me faltaban los del colegio... apreté mi almohada... y me dormí.

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