miércoles, 7 de julio de 2010

Tercera Parte: Tomás, Capítulo 18

Comenzó a entrar por el callejón, sin bajar su revólver en ningún momento. No había nadie en los alrededores que pudiera auxiliarme, así que me ahorré los gritos. Además, presentía que sería capaz de disparar si gritaba.

Por qué un libro lleva a cometer estas acciones a la gente? Este tipo está realmente loco, no sé qué querrá del libro, y viendo su estado, tampoco me interesa. Sentía mis piernas inmóviles fijadas al piso.

- Por qué no hacemos las cosas fáciles, amigo? - me dijo con una sonrisa desquiciada en su cara-.
- Qué quieres? - me hice el tonto-.
- Sabes perfectamente lo que quiero! - disparó al suelo cerca mío, me hizo dar un salto hacia atrás, las palomas que habían ahí huyeron espantadas-. No te hagas el idiota conmigo!
- Ah... tú quieres esto? - pregunté sacando el libro de la mochila-.
- Oh Dios! Qué maravilla! Al fin volverá a mis manos!

O este tipo está loco o tiene una relación muy estrecha con la historia del libro, me lo va a tener que decir ahora.

- Por qué anhelas tanto tener el libro?
- Qué te importa a ti?!
- Pues, no hay libro...
- PUES no hay vida - apuntó a mi cabeza-.
- Ey, ey! Calma, solucionemos esto como gente civilizada!
- No me gusta la gente.
- Se nota - pensé-.
- No voy al ritmo de los demás. Avanzo a mis propios pasos, no necesito la guía de nadie.
- Pero sí necesitas la guía de algo, no?
- Tienes curiosidad, no es cierto? Bueno... investigo a mi familia. Fin de la historia.
- Tu familia? Qué quie..
- FIN de la historia! - me dijo y me sonrió, como queriendo tranquilizarme-.
- Hagamos un trato: Tú cuéntame lo que quiero saber y yo te paso el libro, sí?
- Para qué? Si puedo matarte y llevarme el libro igualmente.
- Sé que no lo harás.
- Ah sí? Y por qué?
- Porque eres un cobarde. Ya lo hubieras hecho, pero no quieres cargar con una muerte en tu conciencia.

Retrocedió un paso, algo choqueado por lo que le dije. Me preparé para cualquier cosa que pudiera venir.

- La verdad, no te mato aún porque...
- Por qué?
- Porque no puedo matar a alguien de mi familia - miró al suelo con dolor-.
- Qué?!
- Ay Dios, no quería ponerme blandengue... Eres mi hermano menor. Cuando yo nací, me vendieron a otra familia a cambio de dinero para poder sustentarse. En toda mi vida, papá y mamá nunca fueron capaces ni siquiera de llamarme. En cambio cuando naciste tú, te criaron y te vieron crecer, te dieron comida, ropa, juguetes... amor.
- Whoa... - aún no me creía lo que oía-.
- Cuando terminé de estudiar periodismo, quise saber sobre mis antepasados, mi familia real. Sabía que estaban vivos, pero tenía temor de enfrentarlos. No sabía cómo reaccionarían. No sabía cómo reaccionaría yo. Y un día me topé con una historia...
- La historia del libro?
- Exacto - comenzó a reírse, sin razón alguna-. SABES CUÁNTOS AÑOS LLEVO INVESTIGÁNDOLO?! Llevo la mitad de mi vida! La mitad de mi vida investigando mis antepasados, el **** libro, invesitango el POR QUÉ EXISTO! No sabes lo frustrante que es...
- ...
- El día que fui a tu casa, sabes quien me abrió la puerta? Tu madre. No nuestra madre, esa mujer me abandonó y yo no sentía nada por ella. Lo único que hice fue pedirle que dejara aquel mensaje en tu escritorio y que no lo leyera. Esa fue mi única comunicación con ella en toda mi vida. Con la mujer que me vendió a otra familia.
- Lo lamento mucho...
- No es cierto, no sientas una lástima falsa por alguien que NO NECESITA la lástima de los demás.

Era una conversación bastante extraña, de pronto un desconocido me decía que era mi hermano, que quería el libro, y aún no bajaba la pistola. Un buen sicólogo no le haría mal...

- Bueno, basta de lamentaciones. DAME EL LIBRO AHORA!
- Okay, okay!

Le pasé el libro lentamente, pero este vino y me lo arrancó de las manos. Seguía amarilla la portada. Una de dos, o vería al libro cambiar de color, o sino...

- Este libro es la respuesta! Al fin lo tengo en mis manos otra vez!

Abrió el libro y... oh Dios... vi como la luz cubría el callejón, escuché gritar a Emanuel. No gritos normales, gritos de dolor, gritos de angustia... y luego escuché un disparo... Inmovilizado, caí al suelo...

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