jueves, 29 de julio de 2010

5: En la Habitación





Me quedé mirándola fijamente a los ojos. Ella no podía ver los míos pues llevaba mis lentes de sol. Estuvimos un par de segundos así, y ella acercó sus manos, me levantó los lentes y dijo:

- Qué lindos ojos tienes.
- Tú también, Pamela... - fue lo único que salió de mi boca-.
- Bueno, sigamos? - me cortó la emoción-.
- S-sí, vamos.

Llegamos al almacén, y la señora que atendía me miró con cara de "1313"(1), y miró a Pamela, se rió, me dio el vuelto y se fue a hacer sus quehaceres en la casa.

- Qué onda esa señora? - me preguntó Pamela-.
- Anda haciéndose la graciosa, como siempre... - le dije-. Apurémonos, que ya deben estar impacientes.
- Okay.

Aceleramos el paso un poco más, no por estar atrasado, sino que en ese momento me cohibí tanto que no quería estar mucho tiempo solo con ella. Entramos a mi casa y dejamos las bebidas en la cocina. Volvimos a la conversación aburrida donde estaban los más grandes.

- Y cuando el chofer de la micro le dijo eso a la señora, todos se mataron de la risa! - contaba el papá de Pamela-.
- Hahahahahaha! - se reían las locas señoras-.
- Emm... - murmuré-.
- Están aburridos? - preguntó mi madre-. Por qué no le muestras tu guitarra a Pamela, hijo?
- Ma-mamá! - le grité nervioso-.
- Tienes una guitarra? - me preguntó Pamela-. Me la enseñas? Quisiera saber cómo tocas.
- Bu-bueno...
- Ahí yo los llamo para tomar once - me dijo mamá-.
- Bueno...

Entramos a mi pieza, me senté en un rincón alejado de Pamela, y ella miraba mi ambiente. Miraba las carátulas de distintas bandas, mis torres de cd's, mis películas y mis videojuegos. Cuando llegó a la guitarra, la tomó, la miró fijamente, y me la acercó como cuando un niño te presta su juguete, y me pidió que tocara algo.

- Pues... ahora estoy aprendiéndome una canción de una serie japonesa.
- Te gusta el anime? - me preguntó-.
- No. Solo esa canción que me mandaron. Veamos...

Busqué mi uñeta de "Paramore" y comencé a tocar. Pamela me miraba fijamente, y miraba mis dedos moverse para tocar cada nota.

- Quieres que te cante? - le pregunté, sabía que estaba rojo, pero la guitarra en cierto modo me relajaba-.
- Me encantaría - me respondió-.
- Okay, aquí va. Uno, dos, tres... "Harsh words were said, and lies were told instead..."

Le canté toda la canción, ella suspiraba, me miraba, y al final terminó llorando. Entendió la 

letra de la canción, y se conmovió con ella.


- Es hermosa - me dijo-. Cantas con mucha emoción en tu voz...
- Solo trato de entrar en el sentimiento del cantante - le dije-.
- Me gustó mucho escucharte - me dijo-.
- Gracias... - me sonrojé, qué novedad-. Este...
- Pasa algo? - me dijo, aún secándose las lágrimas-.
- N-no... nada - miré algo desanimado el suelo-. No pasa nada...
- Vamos, dímelo.
- Pues... - dudé, pero al final lo hice-. El día que te vi, me atrajiste...
- Ah...
- No quería decirlo, pues era algo muy apresurado...

Me atreví a mirarla a la cara, pero ella estaba mirando hacia abajo, también tenías sus mejillas rojas.

- Lo siento - le dije-.
- No... no te preocupes -me miró e inesperadamente, me sonrió-.
- Eres muy hermosa - le dije-.
- Tú también - me dijo-.

La miré sorprendido. No pensé que una chica como ella me diría en tan poco tiempo algo así. Nos quedamos un largo rato en silencio, hasta que encendí mi computador. Me conecté a messenger, y Pamela me da su correo para agregarla. Unos segundos después, se conecta José y me comienza a hablar.

- Hola! - me saludó-.
- Buenas - le respondí-. Lo siento, le diré que estamos ocupados - le dije a Pamela-.
- Okay - me dijo ella-.
- Y? Cómo te fue? Ya es tu novia? Jajajaja!

Pamela vio eso. De inmediato me avergoncé, y quise matar a José. Quería darle puñetazos en la cara, pero ese deseo desapareció cuando Pamela me habló.

"Dile que sí", me dijo, y me besó...




1.- "1313" es como una señal con las cejas de "estás matando", "ahora te toca", o "ya es tuy@".

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