martes, 6 de julio de 2010

Tercera Parte: Tomás, Capítulo 17

- La Biblia nos dice que Dios creó al hombre a su imagen, no es cierto? Con qué propósito? Llenar la Tierra y vivir felices para siempre.
- Qué me está queriendo decir con esto? - le pregunté-.
- ... Creó a la mujer, como complemento para el hombre, pues éste veía que todo animal tenía su pareja. Usó una de sus costillas y...
- Qué tiene que ver esto con el libro? - insistí-.
- ... formó el vínculo más hermoso que podría existir. Sin embargo, la mujer cayó en la tentación de Satán, y...
- QUÉ DEMONIOS TIENE QUE VER ESO CON EL LIBRO?! - le grité-.
- Dios ha hecho toda alma viviente con un propósito, el vivir para siempre en esta Tierra. Todos tenemos un objetivo que cumplir en nuestras vidas, si no cumplimos ese objetivo antes de nuestra muerte, no somos nada más que seres obsoletos flotando en el espacio-tiempo, copos de polvo sin importancia.
- Usted está tergiversando las cosas - le dije-. Si hubiésemos sido diseñados solo para cumplir un objetivo, no seríamos más que robots, y no tendríamos capacidades como el razonamiento y sentir las emociones. El propósito del que usted habla, de llenar la Tierra, es solo una orden de Dios, ni siquiera eso, una bendición, tener el privilegio de poder cumplir esa labor - todo lo que decía lo saqué de lo que mi madre constantemente hablaba-.
- Pero se da cuenta de lo que dice? Usted mismo dice que ya tiene un objetivo. Cómo puede contradecirse en lo que dice?
- Es que acaso Dios no nos creó con el Libre Albedrío? Nosotros tomamos la desición de si queremos llenar la Tierra o no, o hacer lo que se nos plazca en nuestras vidas.
- Eso se acabó cuando el libro que usted tiene en las manos fue escrito.
- "La Vérité vent à la Lumière"? Je... "La Verdad sale a la Luz". La única verdad aquí es que usted está algo loco, si quiere le conseguiré una cita con un especialista amigo mío.
- No se burle de mí! - me amenazó, indicándome con su dedo-. Ese libro, lo he estado buscando durante años! No se atreva a decir cosas sin bases.
- Cuáles bases?! NO HAY NINGUNA SOLA BASE! Lo único que hay es la historia de uno de mis antepasados, y quien sabe si fue una historia real! Cómo no puede darse cuenta de eso?!
- Si sólo fuera una historia inventada, no habría muerto gente!
- Pues a mí este libro me vale madres! Quiere el libro?! Por qué no lo dijo antes?! QUÉ SACA TENIENDO EL LIBRO EN SU PODER? - me comencé a alterar bastante-. Acaso usted podrá encontrar alguna respuesta? Supe que lleva más de diez años buscando alguna. Cree que teniendo el libro algo cambia?
- ...
- No tiene nada que responder?
- Verás... - dijo, abriendo un cajón-. El propósito de por qué necesitaba verte - sacó una navaja dorada de su escritorio- es porque tengo que acabar con la maldición.
- De qué habla? Qué está haciendo con eso? - se comenzó a acercar a mí-.
- Es la única manera de acabar con la maldición de Delacroix, Tomás. El último descendiente debe morir!
- Ey, ey! - esquivé una puñalada del viejo, a pesar de su edad era rápido-. Qué te crees que haces?
- Toda tu familia ha causado pesar a la humanidad! Todos son un ERROR!
- Ni se le ocurra repetir eso! - le grité, y le pegué un rodillazo en su tórax, a lo cual cayó al suelo-. Cómo se atreve a insultar a mi familia!
- Cómo te atreves a insultar a la Iglesia! Hijo del demonio! - se lanzó sobre mí con su navaja empuñada-.

Tomé su brazo, le apliqué una llave, el viejo gritó de dolor. Le quité la navaja de las manos, y se la acerqué al cuello.

- No se le ocurra volver a hablar mal de mi familia. Usted tiene un concepto equivocado de su dichoso "destino". Sabe qué? Uno mismo arma su camino, su "destino", en base a las acciones que decide hacer. Piense en eso, y ármese un camino, no es demasiado tarde para ello. Ahora DÉJEME EN PAZ!

Tiré la navaja al suelo, y me fui rápidamente de aquella catedral. No quería volver a entrar ahí en mi vida.

El libro estaba volviendo loco a todo el mundo de a poco... incluso yo mismo me sentía mal. Me dolía la cabeza, nunca había hecho algo como lo que hice en aquella conversación. Nunca había desatado mi furia... Nunca me había sentido tan enojado, tan frustrado. Nunca me puse a pensar realmente si mi familia escondía algún secreto hasta ahora...

Me fui caminando a casa. Lentamente... no quería pensar en nada, quería despejar mi mente... tener a Lucía a mi lado... comencé a llorar de frustración. Por qué un libro nos hacía esto? La gente me miraba con compasión, yo no hacía mucho caso. Iba a cruzar la avenida, el semáforo estaba en verde, iba por la mitad y veo que un automóvil viene en dirección hacia mí, con el objetivo de atropellarme. Casi de un salto llegué a la otra orilla. La gente alrededor grita de miedo. Cuando veo quién es el conductor, salgo corriendo, corro muy rápido. Entro en un callejón, un gato huye de mí. Pensé que había perdido a quien me seguía, pero al llegar al otro extremo del callejón, el mismo automóvil bloqueó mi paso y salió el hombre a quien no quería encontrarme, apuntándome con una pistola.

- Alto ahí, amigo - dijo Emanuel Uribe-.

1 comentario: